1817:
Johan August Arfwedson, un joven químico sueco, analizaba una roca rara llamada petalita. Descubrió que algo extraño había en la composición. No era sodio ni potasio. ¡Era un nuevo elemento!, Le llamaron 'litio', del griego 'lithos', que significa piedra. Porque era un metal que venía. ¡de una roca!"